domingo, 22 de noviembre de 2009

INNOVACION Y DISEÑO EN LA OBRA DE MICHAEL THONET

ANTECEDENTES
Michael Thonet es un alemán nacido en 1796, que destaca por sus brillantes diseños de sillas a base de madera curvada.
No fue algo nuevo el hecho de curvar la madera, ya que era bien conocido que la madera podía curvarse mediante humedad y calor, una tradición que las civilizaciones egipcias y griegas practicaban aprovechándose de las condiciones climáticas.

Durante el periodo de Arts & Crafts, los diseñadores estaban muy limitados a la hora de crear, ya que los materiales y la industria no estaban suficientemente desarrollados como para lograr grandes avances o innovaciones.
En el año 1725, aparece en Estados Unidos la silla Windsor, cuya forma superior del respaldo es curva. Esta curvatura se realizaba con procesos rudimentarios de exposición al agua y, posteriormente, al fuego.
A principios del siglo XIX, otros artesanos como Jean Josehp Chapuis o el americano Samuel Gragg experimentan con la madera sólida curvada.
Pero será Michael Thonet quien patentará una nueva técnica para curvar la madera y aplicarla a sus diseños.

Thonet era un artesano que trabajaba en un taller de ebanistería y había adquirido el estilo Biedermeier, este estilo se popularizó en Europa occidental durante el siglo XIX, y está inspirado en líneas del Imperio, depuradas y simplificadas, y establece nuevas perspectivas de belleza y elegancia ligadas a la practicidad y economía. Así pues, se fue creando este estilo, que a pesar de haber nacido bajo la influencia neoclasista y del estilo Imperio, abandona rápidamente este carácter formal, para caracterizarse por la simplicidad, sobria elegancia y dimensiones reducidas. Simetría, tendencia a la geometría de las formas, claras líneas continuas y curvas libres, contribuyen a crear esta nueva tendencia.


DISEÑO INNOVADOR
Michael Thonet, curvando al calor varas de madera sólida y uniéndolas con tornillos o engrudo, consiguió un tipo de silla sin machihembrados, con una estructura caracterizada por sus líneas curvas continuadas y sinuosas que correspondían, de un modo exquisito, al estilo Biedermeier.

Tras un largo periodo de estudios y experimentación, Thonet, consigue las curvas de sus muebles de madera de haya, sometiendo las fibras largas y rectas de la madera a un baño de vapor para aumentar su flexibilidad y después forzarlas en una prensa de bronce (diseñada igualmente por Thonet), y finalmente dejaba la pieza enfriar lentamente. Un tratamiento que permitía conservar la forma dada por un tiempo indefinido.
Esto supuso un antes y un después en el diseño de muebles a la hora de conformar las líneas curvadas, y es por esto que a Michael Thonet se le puede considerar como el gran creador de las técnicas de curvado de la madera. Su fábrica, fundada en 1852 e instalada en Viena, llegó a producir 400.000 unidades anuales alcanzando una fama extraordinaria.

El diseño más destacado de la colección de Thonet es una de sus primeras sillas: Silla Modelo nº14 (1859), que consta de seis piezas montables con diez uniones que constituía una ventaja para su almacenamiento y traslado. El color de estas sillas pretende pasar desapercibido, se puede ver la honestidad del material por su naturaleza (madera de haya), sin la necesidad de camuflar la silla con ningún tipo de ornamentación, reduciendo el número de piezas para su adaptación a la producción en serie, curvas claras y sinuosas que dejan ver la simplicidad y claridad estructural. En general, todas las partes de esta silla son redondeadas, creando complejidad y sencillez al mismo tiempo. Esta pieza a sido fundamental para posteriores movimientos artísticos como el Art Nouveau.


Sin duda, otro gran diseño al que podemos dar mención es la Chaise Longue (1900), una tumbona con todas las piezas y terminaciones en madera curvada. Para el asiento y respaldo de esta tumbona utiliza un encañizado de hojas de palmera desecada y trenzada a fin de crear una especie de maya geométrica creando rombos, es por esto que podemos decir que utiliza materiales puros naturales. La base de la Chaise Longue son formas redondeadas como espirales y se puede interpretas como tallos vegetales (algo muy presente en la mayoría de las obras del Arts & Crafts), es decir, la abstracción de la naturaleza llevada a líneas sinuosas.


Thonet es sinónimo de calidad y originalidad, y esta característica es la que ha hecho que diseños como la Silla Modelo nº 14 y el nombre de Thonet perduren hasta nuestros días.

jueves, 19 de noviembre de 2009

WILLIAM MORRIS Y LAS ARTES DECORAIVAS


William Morris, nacido en 1834, era hijo de un hombre de negocios bien posicionado economicamente. Originalmente, Morris, pretendía dedicarse a las órdenes sagradas, pero tras conocer los ideales de Carlyle, de Kingsley y de Ruskin, se vio influido por estos y decidió consagrar su vida en el arte. A partir de los años 1860 es cuando definitivamente, Morris, se dedica a las artes decorativas. Da forma a su personalidad, adquiriendo seguridad en sí mismo, y denunció con vehemencia la estructura social de su época porque era fatal para el arte, ya que este estaba ligado a la moral, a la política y a la religión; deseaba cambiar el arte y la estética tradicional que reinaba en la sociedad inglesa en el siglo XIX.


RED HOUSE
La Red House (La Casa Roja) fue diseñada en su totalidad para William Morris y su esposa. Se trata de un concepto de obra de arte total llevado a cabo por Rossetti, Philip Webb, Madox Brown y el mismo Morris, entre otros.
Diseñaron desde el jardín, distribución, ventanas, hasta la chimenea, mobiliario. Todo lo que constituía la vivienda estaba diseñado por Morris y sus colaboradores. Philip Webb se encargó de el proyecto de arquitectura de la Red House rompiendo la manera habitual de diseño arquitectónico de la época de aire renacentista. Esta innovación profunda se fundamenta en cada detalle de la estética de la casa inspirada en su esencia en el medivalismo: fachada de ladrillo rojo visto con ausencia de ornamentación, el bajo y ancho porche, la alta ladrillada chimenea abierta...

La necesidad de amueblar la Casa Roja, dio lugar a la fundación de la Firma, ya que los muebles de estilo victoriano poco tenian que ver con el estilo de sus proyectos arquitectónicos. Sus diseños eran artesanales y de una calidad exquisita, con menos ornamentación que los muebles habituales de esa época. La empresa Morris, Marshall, Faulkner & Co. estaba formada por un grupo de pensadores y artistas que se dedicaban a la pintura, talla, muebles, tapices y metales.

En 1865, se planteó la idea de ampliar la Red House a un gran cuadrilátero, cuyo recinto albergaría los talleres de la Firma, pero este plan no se llevó a cabo y finalmente se trasladaron a Queens Square. A partir de aquí, la Firma toma un significado público: el intento de reformar todo, reformar una época farisaica por medio de las artes decorativas.
Morris, reivindicaba un arte libre y para todos, un arte que fuera asequible para todo el mundo, ya que con su ideología socialista pretendía que el arte fuese parte de los objetos cotidianos, y sobre todo producidos de manera artesanal, ya que Morris rechazaba los métodos industriales de trabajo.

William Morris y sus colaboradores, habían establecido una compañía de artistas y artesanos que reivindicaban revivir las artes menores de Inglaterra frente a una época que consideraban de mal gusto. Morris tomó la responsabilidad de llevar él mismo el negocio, fue uno de los diseñadores de la firma mas destacado y además, el nexo principal entre el resto de diseñadores y artesanos.


DISEÑO Y ARTESANÍA
En su opinión, la “arquitectura aristocrática” que se originó durante el renacimiento, había destruido los modos naturales de trabajo y propusieron la arquitectura como centro de todas las actividades de diseño (idea que sería recogida por el racionalismo del siglo XX), además establecen como principio, el regreso al medievalismo tanto en la arquitectura (con el neogótico) como en las artes aplicadas. Se inclinaban hacia los modos de trabajo de la Edad Media, hacia el tratamiento de los materiales por el artesano medieval, y se preocupaban de la sustancia y de la estructura, más que del estilo, y perseguían una coherencia formal en los productos artesanales.

William Morris puso gran énfasis en los elementos decorativos derivados del arte medieval e impregnó con simbolismo todas las áreas creativas que desarrolló. Consideraba inseparable el estudio y la práctica, lo cual le proporcionó una gran autoridad en todas las artes decorativas. Esta unión la expresó especialmente en el campo del tejido de la tapicería, cuyo arte aprendió sin más ayuda que la documentada en un libro del siglo XVIII. Estudió las tradiciones del pasado, que según él, eran esenciales para formar a un buen diseñador.

Morris considera que el objetivo debe ser combinar la claridad de la forma y la firmeza de la estructura con el misterio propio del detalle, que cada línea del objeto pueda ser explicada por la estructura y funcionalidad de este, sin dejar por descifrar ninguna línea.
En la teoría Morris quería despojarse de la ornamentación y de los sobrecargantes destalles que cubría todo en cada diseño, pero en la práctica le fue dificil llevarlo a cabo, aunque hay que reconocer en sus obras la simplificación de las formas y abstracción en cierto modo de la naturaleza a la hora de plasmarlas en estampados de papeles y tapices.

Algunas obras de William Morris:

miércoles, 4 de noviembre de 2009

REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

La revolución industrial es la metamorfosis de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción mediante la cual se desarrolló el capitalismo industrial. Esta mutación fue pionera en Inglaterra entre la segunda mitad del siglo XVIII y las primeras décadas del siglo XIX, y apartir de aquí, se replicó sucesivamente en paises por todo el mundo. Los paises que se iban sumando a las aplicaciones industriales que se fueron desarrollando, se transformaban en sociedades muy distintas a como eran previamente, y toman el nombre de “sociedades industrializadas”:

-Se establecen unas nuevas relaciones sociales para producir, cuya peculiaridad esencial es la generación del trabajo asalariado. Y se le da vital importancia a la productividad del trabajo, es decir, se profundiza en la división del trabajo, aparecen grandes unidades productivas, se desarrolla la mecanización, se utilizan fuentes de energía con origen inanimado (vapor, electricidad). La mano de obra que se dedica a la producción industrial aumenta y acaba superando a la que se dedica a actividades agrarias.

-El crecimiento de la producción conlleva el crecimiento de la vida en los mercados y por tanto la demanda de los productos por parte de la sociedad. Esto hecho hace que se desarrolle tanto el mercado interior como el mercado exterior, intenacionalizando el sistema económico por todo el mundo. Antes del capitalismo, la mayoría de los bienes producidos se dedicaban al autoconsumo.

-Este cambio en la sociedad económica, nos lleva a una nueva distinción en las clases sociales. Se desarrolla la burguesía que goza de una preeminencia siendo propietarios de medios de producción (tierras, fábricas, empresas de servicio, etc.). Mientras que paralelamente se desarrolla una clase social ajena a los medios de producción que conforma el proletariado (jornaleros, obreros y empleados) y que trabajan en las propiedades de la burguesía. Nace en estos momentos el "interés de clase" que podemos definirlo en dos términos: el inmediato, en el que la burguesía aspiraba a una mayor acumulación de capital, mientras que el proletariado quería mejorar sus condicions de vida. Y en el término de lo estratégico-histórico, afianzamiento y manutención del sistema para a burguesía; y para el proletariado, toma del poder y construcción económica y superestructural del socialismo y comunismo. De este modo, por pertenecer a una clase social, se tienen unos itereses determinados, especialmente a partir de que el proletariado toma "conciencia de clase", ya que los trabajadores no siempre tuvieron conciencia de la explotación a la que estaban sometidos, por lo que con frecuencia es necesaria una actividad y de concienciación hacia esta clase social.

A partir de aquí, los conflictos entre estas dos clases sociales enmarcan gran protagonismo a lo largo de toda la historia de la sociedad industrializada, ya que gracias a las propiedades y a las ambiciones de unos y al trabajo mal pagado de otros se revolucionó tanto la agricultura como la industria.

Cuando la naturaleza de algo cambia en su estructura profunda, decimos que estamos ante un cambio cualitativo. Es, por tanto, oportuno decir que la revolución industrial (exactamente la etapa que hace su aparición la sociedad capitalista industrial, no su crecimiento posterior) fue un cambio cualitativo en la sociedad porque proporcionó una modificación de las propiedades del sistema productivo.

Pero no se podría entender la revolución industrial como algo aislado del contexto social que están intimamente ligados. La revolución industrial y la revolución burguesa son las dos caras de una misma moneda. La libertad de industria (de comprar y vender), además de ser un requisito esencial para el desarrollo de la economía, era una resolución política adoptada por la burguesía que conquistó el poder.
En efecto, anterior a la fecha de la revolución industrial (mediados del siglo XVIII), se estuvieron creando las condiciones sociales necesarias para la expansión del capitalismo industrial; y paralelamente se transformaron las condiciones técnicas y productivas mediante el avance tecnológico y la reorganización del trabajo. Estos dos antecedentes pertenecen a la acumulación originaria que dio lugar a la revolución industrial.

Pese que hasta 1830 convivieron muchos talleres manufactureros frente a algunas fabricas con carácter restringido, que no se generalizaron hasta esta fecha, la economía británica ya apuntaba al capitalismo del sistema fabril. Es por esto que se dice que la revolución industrial no se trata de un cambio cuantitativo (ya que por entonces aun predominaba lo artesanal frente a lo mecanizado), sino de un cambio cualitativo que transformó la historia. Todo lo que vino después de 1830 se trató de un crecimiento tanto económico como industrial originado por la revolución industrial.

Diferentes corrientes políticas de estilo socialista surgen durante estos años que lucha por la igualdad social y económica, se trata del movimiento obrero. Las primeras formas de protesta ocurren durante la segunda década de siglo XIX, cuando surge el ludismo que se canalizaba hacia la destrucción de la máquina.
Hay qu mencionar, que la legislación británica prohibía la frmación de asociaciones obreras, ya que estas chocaban con el liberalismo económico (el mercado es el que fija los salaios y no la presión de los sindicatos). Pero a partir de 1824 las leyes británicas permiten el asociacionismo obrero que dan origen a las Trade Unions. Después, a mediados del siglo XIX, Marx y Bakunin fundan la Asociación Internacional de Trabajadores (A.I.T.).

Marx, explica la revolución industrial mediante la interrelación entre fuerzas productivas y relaciones sociales de producción, para él la maquinaria sólo es productiva si las personas trabajan, carece de valor social la industria si no se concibe con el trabajo del hombre.
Por otro lado Mantoux, que no concibe la revolución industrial si no es por medio del avance tecnológico, la aparición de las máquinas, la división del trabajo, el desarrollo y la concentración de las empresas y la expansión del mercado. Para Mantoux, las relaciones sociales son concebidas como consecuencias, no como detonantes; y el espíritu capitalista lo ve como algo egoísta, pero a la vez fecundo, convirtiendo el interés de una clase social (la burguesía) en un interés general.
Estamos, pues, ante dos opiniones contradictorias y excluyentes. Si para Mantoux las diferencias abismales de las clases sociales son consecuencias de la iniciativa capitalista que es egoísta pero se difunde a grandes velocidades y concibe el interés burgues como el interés predominante y general; para Marx la cultura capitalista fue fruto de las relaciones y contradicciones sociales, sobrayando el proceso violento de expropiación, el saqueo de los terrenos comunales, el cambio de los terrenos feudales en modernas propiedades privadas.



lunes, 2 de noviembre de 2009

JAMES WATT

Perteneció a un grupo de cientificos, investigadores y pensadores que se llamaron a sí mismos “Los Lunáticos”, ya que se reunian cada luna llena para tener suficiente luz para volver a sus casas.
James Watt fue matemático e ingeniero civil; poseedor de una mente analítica que estudió las aplicaciones científicas del vapor, consiguió crear una máquina que mediante el fluido del vapor funcionara eficientemente. Este invento significó un antes y un después en el mundo de la tecnología, pudiendo ser aplicado a la industria y las comunicaciones.


El origen del invento de Watt viene de la mano de predecesores tales Thomas Savery (1650-1715) quien construyó una máquina para bombear el agua de las minas, y Thomas Newcomen(1663-1729) que perfeccióno la máquina de Savery.
Sin embargo, la máquina de Newcomen era poco satisfactoria debido a que el agua se enfriaba en el propio cilindro. Fue entonces, cuando Watt, reparando una máquina de Newcomen, introduce en ella importantes modificaciones, manteniendo el cilindro a la temperatura del vapor y condensando éste en una caldera separada y ahorrando, de éste modo, importantes cantidades de combustible; además de incluir otros mecanismos de adelanto, como la camisa de vapor y el engrase de aceite. Para medir la potencia de las máquinas de vapor, Watt, introdujo una unidad de medida llamada caballo de vapor, CV.
Una introducción del proyecto de la máquina de vapor de James Watt, lo podemos visualizar en el siguiente vídeo:


En un principio, la máquina de vapor de Watt tuvo bastantes dificultades, pero más tarde, cuando se asoció con Matthew Boulton, obtuvo grandes beneficios e ingresos, especialmente en aquellas regiones donde los métodos de obtención del carbón en las minas eran rudimentarios y por tanto más costosos y era necesario economizar en la operación de bombeo en minas.
Watt diseñó los modelos modernos de máquina de vapor, lo que trajo consigo el surgimiento de fábricas y una producción en masa, popularizandose en la industria y en los medios de transporte, como la locomotora de vapor, y aceptados rápidamente por la sociedad occidental.


Además, patentó otros inventos como el motor rotativo para impulsar varios tipos de maquinaria, el motor de doble efecto en el cual el vapor se distribuye a ambos lados del cilindro, el regulador centrífugo, un aparato medidor de distancia (el cual se instalaban en los telescopios).


La importancia del invento de James Watt radica en que es una de las claves de la Revolución Idustrial, por el hecho de conseguir multiplicar el aporte de fuerza reduciendo considerablemente el gasto de energía. La expansión industrial que se vivió durante los siglos XVIII y XIX fue posible gracias a estas máquinas que señalaron la “época del vapor”.
En su honor, se le dio el nombre de vatio (watt) a la unidad de potencia en el Sistema Internacional de medidas y 745´7 vatios equivalen a un CV.


Al reconocimiento intelectual, que fue reconocido por la Real Sociedad Londinense y la Academia de Ciencias de Francia, se le añade el éxito económico, ya que junto a su socio Boulton, se encargaron de la fabricación y distribución de sus máquinas y la comercialización de sus patentes.