La revolución industrial es la metamorfosis de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción mediante la cual se desarrolló el capitalismo industrial. Esta mutación fue pionera en Inglaterra entre la segunda mitad del siglo XVIII y las primeras décadas del siglo XIX, y apartir de aquí, se replicó sucesivamente en paises por todo el mundo. Los paises que se iban sumando a las aplicaciones industriales que se fueron desarrollando, se transformaban en sociedades muy distintas a como eran previamente, y toman el nombre de “sociedades industrializadas”:
-Se establecen unas nuevas relaciones sociales para producir, cuya peculiaridad esencial es la generación del trabajo asalariado. Y se le da vital importancia a la productividad del trabajo, es decir, se profundiza en la división del trabajo, aparecen grandes unidades productivas, se desarrolla la mecanización, se utilizan fuentes de energía con origen inanimado (vapor, electricidad). La mano de obra que se dedica a la producción industrial aumenta y acaba superando a la que se dedica a actividades agrarias.
-El crecimiento de la producción conlleva el crecimiento de la vida en los mercados y por tanto la demanda de los productos por parte de la sociedad. Esto hecho hace que se desarrolle tanto el mercado interior como el mercado exterior, intenacionalizando el sistema económico por todo el mundo. Antes del capitalismo, la mayoría de los bienes producidos se dedicaban al autoconsumo.
-Este cambio en la sociedad económica, nos lleva a una nueva distinción en las clases sociales. Se desarrolla la burguesía que goza de una preeminencia siendo propietarios de medios de producción (tierras, fábricas, empresas de servicio, etc.). Mientras que paralelamente se desarrolla una clase social ajena a los medios de producción que conforma el proletariado (jornaleros, obreros y empleados) y que trabajan en las propiedades de la burguesía. Nace en estos momentos el "interés de clase" que podemos definirlo en dos términos: el inmediato, en el que la burguesía aspiraba a una mayor acumulación de capital, mientras que el proletariado quería mejorar sus condicions de vida. Y en el término de lo estratégico-histórico, afianzamiento y manutención del sistema para a burguesía; y para el proletariado, toma del poder y construcción económica y superestructural del socialismo y comunismo. De este modo, por pertenecer a una clase social, se tienen unos itereses determinados, especialmente a partir de que el proletariado toma "conciencia de clase", ya que los trabajadores no siempre tuvieron conciencia de la explotación a la que estaban sometidos, por lo que con frecuencia es necesaria una actividad y de concienciación hacia esta clase social.
A partir de aquí, los conflictos entre estas dos clases sociales enmarcan gran protagonismo a lo largo de toda la historia de la sociedad industrializada, ya que gracias a las propiedades y a las ambiciones de unos y al trabajo mal pagado de otros se revolucionó tanto la agricultura como la industria.
Cuando la naturaleza de algo cambia en su estructura profunda, decimos que estamos ante un cambio cualitativo. Es, por tanto, oportuno decir que la revolución industrial (exactamente la etapa que hace su aparición la sociedad capitalista industrial, no su crecimiento posterior) fue un cambio cualitativo en la sociedad porque proporcionó una modificación de las propiedades del sistema productivo.
Pero no se podría entender la revolución industrial como algo aislado del contexto social que están intimamente ligados. La revolución industrial y la revolución burguesa son las dos caras de una misma moneda. La libertad de industria (de comprar y vender), además de ser un requisito esencial para el desarrollo de la economía, era una resolución política adoptada por la burguesía que conquistó el poder.
En efecto, anterior a la fecha de la revolución industrial (mediados del siglo XVIII), se estuvieron creando las condiciones sociales necesarias para la expansión del capitalismo industrial; y paralelamente se transformaron las condiciones técnicas y productivas mediante el avance tecnológico y la reorganización del trabajo. Estos dos antecedentes pertenecen a la acumulación originaria que dio lugar a la revolución industrial.
Pese que hasta 1830 convivieron muchos talleres manufactureros frente a algunas fabricas con carácter restringido, que no se generalizaron hasta esta fecha, la economía británica ya apuntaba al capitalismo del sistema fabril. Es por esto que se dice que la revolución industrial no se trata de un cambio cuantitativo (ya que por entonces aun predominaba lo artesanal frente a lo mecanizado), sino de un cambio cualitativo que transformó la historia. Todo lo que vino después de 1830 se trató de un crecimiento tanto económico como industrial originado por la revolución industrial.
Diferentes corrientes políticas de estilo socialista surgen durante estos años que lucha por la igualdad social y económica, se trata del movimiento obrero. Las primeras formas de protesta ocurren durante la segunda década de siglo XIX, cuando surge el ludismo que se canalizaba hacia la destrucción de la máquina.
Hay qu mencionar, que la legislación británica prohibía la frmación de asociaciones obreras, ya que estas chocaban con el liberalismo económico (el mercado es el que fija los salaios y no la presión de los sindicatos). Pero a partir de 1824 las leyes británicas permiten el asociacionismo obrero que dan origen a las Trade Unions. Después, a mediados del siglo XIX, Marx y Bakunin fundan la Asociación Internacional de Trabajadores (A.I.T.).
Marx, explica la revolución industrial mediante la interrelación entre fuerzas productivas y relaciones sociales de producción, para él la maquinaria sólo es productiva si las personas trabajan, carece de valor social la industria si no se concibe con el trabajo del hombre.
Por otro lado Mantoux, que no concibe la revolución industrial si no es por medio del avance tecnológico, la aparición de las máquinas, la división del trabajo, el desarrollo y la concentración de las empresas y la expansión del mercado. Para Mantoux, las relaciones sociales son concebidas como consecuencias, no como detonantes; y el espíritu capitalista lo ve como algo egoísta, pero a la vez fecundo, convirtiendo el interés de una clase social (la burguesía) en un interés general.
Estamos, pues, ante dos opiniones contradictorias y excluyentes. Si para Mantoux las diferencias abismales de las clases sociales son consecuencias de la iniciativa capitalista que es egoísta pero se difunde a grandes velocidades y concibe el interés burgues como el interés predominante y general; para Marx la cultura capitalista fue fruto de las relaciones y contradicciones sociales, sobrayando el proceso violento de expropiación, el saqueo de los terrenos comunales, el cambio de los terrenos feudales en modernas propiedades privadas.
miércoles, 4 de noviembre de 2009
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